Estoy iniciando ahora en Octubre mi segunda temporada con el Proyecto 333, es temporada primavera en esta parte del planeta por lo que la selección es menos compleja que en el período de invierno.
La primera temporada con el 333 fue en los meses de Abril, Mayo y Junio de este año, temporada de otoño y transición a los meses de frío. Mi intención era partir en el verano de este año, es decir: Enero, Febrero y Marzo, pero al ver el primer inventario de ropa que tenía (en uso, guardada y en desuso) quedé abrumado por lo que decidí en primer lugar ordenar el caos y posteriormente elegir.
Mirando en perspectiva esta primera experiencia con el 333, aquí van un par de conclusiones a modo de evaluación:
1. Domesticar el Armario
El consumo de algo tan íntimo y personal como la ropa es por excelencia tal vez el consumo más irracional que podemos efectuar ya que tiene que ver con nuestra autoimagen, con aquellas inseguridades y compulsiones que a veces nos llevan a comprar artículos que muchas veces no usamos o nos arrepentimos sin usar. Es por esa razón que el armario se convierte en una especie de zona peligrosa en la cual no queremos entrar por mucho tiempo ni menos remover estos recuerdos de malas compras o de artículos que nos incomodan. El 333 te obliga a entrar a esta zona prohibida y remover todo hasta dejar lo esencial.
2. Simplificar la rutina diaria del vestir
Depende como vivas, acompañado o solo, la ropa ocupa un lugar importante en la rutina de todo hogar: lavar, planchar y ordenar prendas, puede ocupar muchas horas del día. Si esta masa de ropa no está debidamente racionalizada en prendas imprescindibles, obviamente que tendremos una fuga de tiempo importante. El 333 nos ayuda en ese sentido, tener la ropa suficiente, nos ahorra tiempo para invertirlo en algo mejor.
3. Creer que necesitas más espacio es un ilusión
Reducir tu prendas de vestir a 33 obviamente que liberará un gran espacio en tu armario, esta liberación de espacio trae como consecuencia mejorar las condiciones de vida de tu propio espacio, es más fácil limpiar, ordenar y puedes usar el espacio disponible para otras cosas que tal vez no sabes donde poner.
3. Creer que necesitas más espacio es un ilusión
Reducir tu prendas de vestir a 33 obviamente que liberará un gran espacio en tu armario, esta liberación de espacio trae como consecuencia mejorar las condiciones de vida de tu propio espacio, es más fácil limpiar, ordenar y puedes usar el espacio disponible para otras cosas que tal vez no sabes donde poner.
4. No lo compres, te aseguro que no pasará nada
No comprar ropa ni accesorios durante 3 meses es ciertamente un gran ahorro, en dinero obviamente, pero también en tiempo Además tener estos 3 meses de veda nos da la posibilidad de pensar con calma los futuros cambios de ropa alejándonos con ello de las compulsiones de la moda y la publicidad. Una compra meditada es siempre mejor que seguir los designios de la mercadotecnia.
5. Regalar y donar, alguien necesita más que tú
Pasar de ser un consumidor inconsciente a un consumidor consciente son varias bolsas llenas de ropa que compraste sin pensar bien, que usaste solo una vez y después ya no, el acto de ordenar y elegir y quedarnos con lo esencial más de alguien te lo agradecerá, si en tu vida no está el hábito de dar a quien más lo necesite, el 333 te da una gran oportunidad de hacerlo.
En resumen esta iniciativa ha sido una muy buena experiencia y por eso la estoy repitiendo y al repetirla estoy adoptando un nuevo hábito.
En resumen esta iniciativa ha sido una muy buena experiencia y por eso la estoy repitiendo y al repetirla estoy adoptando un nuevo hábito.
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